Si su empresa se dedica a la producción de alimentos y su objetivo es exportar a mercados como el norteamericano y el europeo, es indispensable que cuente con la certificación HACCP, un sistema de gestión de seguridad alimentaria que busca asegurar la inocuidad de los alimentos para mantener la salud y bienestar de los consumidores.
Por sus siglas en inglés, HACCP significa Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control. Esta norma nació para ser aplicada en la industria alimentaria, pero hoy se utiliza también en la industria farmacéutica, cosmética y en otras que produzcan materiales estando en contacto con alimentos.
Su misión es identificar, evaluar y prevenir todos los riesgos de contaminación de los productos a nivel físico, químico y biológico, tomando en cuenta cada una de las etapas que conlleva la cadena de suministros: desde que una empresa recibe sus materias primas, hasta llegar a la distribución del producto final. Gracias a este análisis del proceso productivo, las compañías pueden establecer las medidas preventivas y correctivas para garantizar la inocuidad de los alimentos.
Y es que con la globalización y el incremento de las exportaciones a nivel mundial, entidades internacionales como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) la OMS (Organización Mundial de la Salud) han buscado la forma de lograr un comercio de alimentos que traiga desarrollo económico para los países sin descuidar la seguridad alimentaria de sus habitantes.
Por eso es que hoy el HACCP tiene tanta relevancia a nivel mundial ya que por medio de este análisis se puede descartar la presencia de bacterias, virus, parásitos, peligros químicos o hasta físicos (vidrios, metal, madera) en los alimentos, asegurando así el bienestar de naciones completas que pueden verse afectadas con epidemias o problemas de salud pública por permitir el comercio de alimentos contaminados.
Actualmente, países como Estados Unidos y los integrantes de la Unión Europea, solo reciben productos de proveedores que cuenten la certificación HACCP como garantía de que no causarán daño al consumidor cuando se preparen y consuman. Asimismo, hay cadenas de supermercados y comercios que exigen este certificado como un requisito para formar parte de su lista de proveedores con el afán de ofrecer productos con inocuidad y de la mejor calidad al consumidor final.
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