Durante las últimas décadas han aumentado las transacciones comerciales de los productos alimenticios. Cada vez más países dependen de las importaciones de los alimentos incluso para abastecer a sus poblaciones. Por consiguiente, la cadena alimentaria desde el campo a la mesa se vuelve compleja, ya que se incluyen participantes activos como los distribuidores, aduanas, medios de transporte aéreo, marítimo y terrestre, lo que conlleva a la necesidad de un sistema de trazabilidad robusto y efectivo.
La trazabilidad se define como la capacidad para seguir el movimiento de un alimento a través de etapa(s) especificada(s) de la producción, transformación y distribución. Dentro de esta definición, se plantean 3 tipos:
• Trazabilidad hacia atrás. Relacionada a las materias primas que ingresan (Alimentos, material de empaque, insumos) y por lo tanto, a la evaluación y control de proveedores.
• Trazabilidad interna o de proceso. Ligada al control interno de la producción (Parámetros del proceso, colaboradores, codificación del producto intermedio y terminado.
• Trazabilidad hacia adelante. Registros de salidas del producto (Clientes, puntos de venta, cantidades entregadas, identificación de medios de transporte, etc.)
Esta información resulta fundamental para gestionar quejas, no conformidades y retiros de producto del mercado, la cual se define como las acciones que realizan las empresas u otra entidad reglamentaria para evitar la comercialización de algún producto debido a un peligro potencial para los consumidores o defectos.
Por medio del curso Trazabilidad y retiro de producto del mercado a desarrollarse los días 11 y 12 de mayo de 2022, aplicará las técnicas necesarias para asegurar la trazabilidad de sus productos, así como la metodología a seguir en caso de un eventual retiro de producto del mercado.
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